
“¿Qué te gusta?, ¿qué te gustaría ver cuando entras en casa?, ¿cómo quieres sentirte?, ¿con qué espacio sueñas?, ¿qué te gusta hacer en casa?, … descríbenos tus sueños, explícanos cómo vives tu día a día. Olvídate de superficies y programa, cuéntanos de ti.
Y así empezamos la primera reunión con los clientes: emociones y sueños. Vivencias e inquietudes.
Entrar en la memoria y la emoción de la persona para proyectar su futuro. Extraer de los buenos recuerdos que tenemos ese espacio, la vivencia de un recuerdo en un lugar.
Con todas esas emociones sobre la mesa y un buen análisis del entorno y la parcela, empezamos a proyectar y a imaginar cómo sería la casa perfecta… y entonces va surgiendo poco a poco la magia. Dibujar, analizar, en algunos casos maquetar, … y poner en común.
Última reunión con todos los documentos sobre la mesa. Debemos confesar que cuando los promotores vieron el material sobre la mesa nos preguntaron: “¿pero esto va a ser un scape room?
…Y tú, ¿qué nos contarías sobre tus sueños?