Lo artesanal va ligado con la emoción, y como bien dice la palabra, el arte es sano o el arte sana, tanto a la persona que lo hace como a la persona que lo mira, siente o disfruta. En las obras en general se ha perdido mucho de esto, a nosotras nos encanta poner en valor las cosas hechas a mano, que cuestan de hacer y que por ello luego tienen un sentido, y que nos cuesta hasta destrozarlas, en esta era del comprar/tirar, la construcción se ha adaptado a lo prefabricado, a lo fácil, rápido y seco.

Y qué bonito es cuando te piden un trabajo artesanal, un trabajo pensado y hecho desde la emoción, un trabajo reflexivo, entendiendo los tiempos y contratiempos, en los que recordarás por siempre, porqué esa piedra la pusiste en ese lugar.